martes, 11 de noviembre de 2014

LAS LUCES

¿Está bien?  Si. Si está bien, ¿ entonces por qué se refriega así?  Es para ver las luces.  Entonces no está bien. Hay una que queda encendida por más tiempo si lo hago así, con mucha fuerza.  Deje ya de hacer eso.  Es por la luz, nada mas que por eso.  

Párese con la espalda derecha que seguro ya viene.

¿Quiere? No.  No ha comido desde ayer, hay que comer, todos los días hay que comer a las horas que son.  Si, yo se.  Coma.  No quiero, comer sin hambre debe ser malo. 

¿Otra vez? Baje esas manos.  Pero es por las luces.  Que las baje. 
Oiga, yo ya no quiero ir por allá.  Mejor no voy.  Ya va a llegar.  No, pero mejor ya no.  
Vámonos, ya no va a venir. Ya va a llegar. 

¿Ahora si quiere un bocado?

¿Está bien? Está… Si, bien.

Y la que queda encendida por más tiempo, ¿de qué color es? dígame.  No tiene color.  ¿Es blanca? No tiene ningún color.

Es ese de allá, ¿lo ve? Levántese desde ya.  
Se parecía de lejos.  Ya va a llegar, seguro.

Yo ya no voy.  Sí, si va.  No, no quiero.  Usted me prometió.  Si pero la gente se arrepiente todo el tiempo.  La gente buena no. Yo no soy gente buena, sino por qué quiere que vaya.  No es por eso, usted sabe.  No, yo no se.

¿Hace algo la luz esa, la sin ningún color?. Que le importa a usted, usted no sabe nada de eso. Cuénteme, mientras tanto.  
Se mueve, la luz se mueve, baila; pero no baila a donde yo quiera sino a donde ella quiere.  ¿Hace lo que le da gana?  Si, no como yo. Si ve, usted no está bien. ¿Está bien? No.

Si voy, ya no vuelvo más. No diga eso.

Se está demorando, pero ya debe estar por llegar.

Baje las manos. No. Bájelas, se va a dañar los ojos. No.
Ahora seguro que sí llega.

¿Por qué me mira así?  Está bailando, alrededor de su cabeza baila y brinca. Si ve, usted no está bien. Usted tampoco.
  

sábado, 8 de noviembre de 2014

UN PEDAZO DEL SAHARA SE LLAMA COLOMBIA


Aquí, al otro lado del Atlántico, en este lugar poderoso que visto desde la ventana del avión se antoja como otro mar, un mar cobrizo y seco, también hay rastros de Colombia porque nuestra reputación se extiende incluso hasta estas latitudes, hasta El Desierto, así en mayúscula, porque el Sahara lo es por antonomasia.