Kilómetros más allá de Villavicencio, rumbo
a la cordillera Oriental por el piedemonte llanero, transita raudo y caudaloso
el rio Ariari delimitando una región a su paso. Una región socioeconómica,
cultural, una región unida por el legado de violencia que acumula. La
historia en la zona y en gran parte del llano empieza no hace mucho, con la
colonización que ya traía consigo la marca de la violencia. En El
Castillo, uno de los cinco municipios que ha sufrido con más crudeza los
embates del conflicto según estudiosos, la violencia entró desde mitad del
siglo pasado siguiendo de cerca a los colonizadores que venían del otro lado de
la cordillera rompiendo monte. Después vino la conformación de las
guerrillas liberales y más adelante las FARC. En los 80`s la creación de
la UP (Unión Patriótica) en el marco de los diálogos de paz ente las FARC y el
gobierno de Belisario Betancour. El Castillo como otros
municipios del Meta y otras regiones del país, se volvió un bastión de la UP, y
por tanto también uno de los más cruentos escenarios de su exterminio por manos
paramilitares en coordinación con las fuerzas armadas del Estado.
Entre el 98 y el 2002 se instauran y
adelantan los Diálogos del Caguán entre el gobierno Pastrana y las FARC.
En el 2002 los diálogos se rompen y arranca el primer período electoral de
Álvaro Uribe Vélez. Este periodo, desde el 2002 hasta el 2008
aproximadamente, es el de la guerra sucia, el de arremetida paramilitar, el de
la persecución y el terror contra la población civil. Ese mismo que para
otros sectores de la sociedad colombiana y en otros parajes representó una
sensación legitima de seguridad, de retorno de la presencia estatal, un
abandono del miedo en las veredas, en las carreteras y caminos, en el El
Castillo y buena parte del Meta, fue la guerra, sobre algunos de sus pueblos se
dibujó una diana que parecía verse a kilómetros.
La zona de despeje para los diálogos
comprendió La Uribe, Mesetas, Vista hermosa y La Macarena en el Meta y San
Vicente del Caguán en Caquetá; pero la arremetida del Ejercito Nacional en
macabra sociedad con lo que algunos llaman con un tufo a eufemismo: “civiles
armados de la estrategia encubierta del Estado” llegó más allá de los límites
de estas poblaciones, hasta otras consideradas corredores guerrilleros,
asentamientos de colaboradores de la guerrilla, pueblos guerrilleros.
Entre estos pueblos, El Castillo, su casco urbano, sus caseríos, sus bastos
campos, sus caminos, los caños, los ríos.
Crónica y fotos:
Entrega 1: http://pacifista.co/la-violencia-viene-por-tandas-parte-1/
Entrega 2: http://pacifista.co/la-violencia-viene-por-tandas-parte-2/
Más fotos en mi web: http://www.anakarinadelgado.com/#!los-dias-aciagos-del-llano/cv3
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