miércoles, 14 de agosto de 2013

PRINCIPIANTE


Sólo pensaba en su mano, en tocarla, en sentirla caliente acariciando su cuerpo.  Ella hablaba sin parar sobre cualquier cosa.  No era ningún experto, pero había oído rumores, sabía cómo asentir de forma convincente, cómo hacer sutiles ruidos con la garganta que indicaran que estaba absolutamente concentrado en lo que ella decía, aunque, por supuesto, importara tan poco de lo que hablara. 
Pero algo debió presentir ella, algo debió habérsele escapado a él, porque antes de que se diera plena cuenta, ella lo sacó de la cajita de plástico, hizo un anillo con  el índice y el pulgar alrededor de su cuello y apretó a la vez dedos y dientes hasta que, finalmente, estuvo segura de que había muerto.  Después, mientras se alejaba, lo tiró por encima de su hombro a la calle justo antes de que pasara un taxi que no se detuvo ante el triste cadáver del hámster.

No hay comentarios:

Publicar un comentario