El Istmo de Teuantepec, es una multitud de cosas: es la ruta más rápida para
cruzar el país desde el Océano Pacífico hasta el Golfo de México, es la línea
imaginaria entre Norte América y Centro América, es corredor industrial, es
nicho de explotación petrolera, es el lugar con corrientes de aire únicas en el
mundo, según los industriales de la energía eólica.
El
Istmo, para los locales, más que cualquier otra cosa, es la cuna y hogar del
pueblo Binni’zaa, el pueblo Zapoteca.
Desde
1994 empezaron a construirse en el Itsmo grandes parques eólicos en diferentes
localidades del municipio de Juchitán y otros tantos, desde entonces el plan no
se ha detenido. De más de 600
aerogeneradores hablan los locales, de más de 21 parques en funcionamiento.
Con
índices muy bajo de producción de gases de efecto invernadero, y como una
alternativa a la extracción de combustibles fósiles, la obtención de energía a
partir de las corrientes de aire que pasan a través de aerogeneradores a mas de
70 metros de altura, ha de ser la opción limpia y alternativa, económicamente
hablando, para países como México. Solución energetica, dicen unos, pero problema territorial y peligro para la sobrevivencia de comunidades y sus tradiciones, dicen otros.
Allí
cerca de Juchitán de Zaragoza y aún en su jurisdicción, hay un pueblo zapoteco
con nombre de militar, de presidente, un pueblo que lleva el nombre del General
Invencible. En Álvaro Obregón, Gui’xhi’Ro,
como le llama el pueblo Binni’zaa,
(zapotecos) desde hace uno meses varios hombres y mujeres están aposentados en
el edificio que hasta hace poco albergaba a las autoridades dependientes de Juchitán,
hoy están ahí día y noche los comunitarios, los que dicen que este pueblo solo
se salva, si se manda solo.
–
naarune gusse, rina ace vendda nece venddabua. (Soy pescador, agarramos pescado y también
camarón)
Aquí todos, chicos y grandes, dicen que el
mar es su banco. –Todo lo que tenemos
sale del mar, lo que dios pone ahí es para nosotros. Y ese mar al que se refieren, de donde sacan
la sal, las lisas, los camarones y las jaibas, son dos enormes lagunas del Golfo de
Teuantepec, dos grandes extensiones de agua dulce y salada de poca profundidad,
la Inferior y la Superior separadas por la Barra Santa Teresa, y entre las
lagunas y el Mar abierto, la Barra del Mar Vivo.
Justo en la Barra Santa Teresa, una
extensión de tierra y mangle, es donde Mareña Renovables, la empresa española,
planea poner los “ventiladores” como llaman los locales a los enormes
aerogeneradores.
En Álvaro Obregón, las elecciones se
detuvieron, se organizaron policías comunitarios con caucheras y machetes y la
comunidad se dividió entre los que apoyan a los comunitarios para defender su
mar de los megaproyectos y los que abogan por su entrada, asumiendo que serán
más las ganancias que las perdidas. Los
Comunitarios y Los Contras. La policía
comunitaria y la gente que piedra en mano, o con un puñado de conchas se
defienden de la policía federal o municipal que llega con los contras y Mareña
a tratar de entrar a instalar los ventiladores.
Y aun cuando aquí se ve el
maíz alto y esbelto en la milpa, y hay sembradíos de calabaza, frijol y ajonjolí, la
gente subsiste gracias al mar, los hombres salen a pescar y las mujeres
cocinan lo que ellos traen, y lo que sobra tras comer todos en casa, se vende
en el mercado.
–Aquí hay chingo de peces, robalo,
roncador, lisas, jaibas camarón; pero si ponen los ventiladores no va a quedar
nada.
Eso dicen ellos, aunque Mareña dice lo contrario. Ellos dicen que el cable que tiraran en el
lecho del mar, la entrada de grandes barcos que traerán el material de
construcción y la eterna luz que emanan los ventiladores espantará a los
peces. Dicen que el mangle morirá al
enterrar a muchos metros de profundidad los ventiladores y que los canales de
comunicación submarinos entre las lagunas quedaran cerrados.
–Las aves y los murciélagos quedan ahí
tendidos, porque las aspan los rajan, se atraviesan en su trayectoria y se
mueren.
Dicen
además, y lo pudieron comprobar una vez ya, que la entrada de los lugareños quedará restringida, tendrán
que pedir permiso a los foráneos para entrar a su mar a pescar y si lo
consiguen, tendrán que hacerlo según sus instrucciones y en dónde ellos
determinen, no cómo lo han hecho por siglos en las lagunas sagradas donde aun
hoy, según dicen, gente de otros pueblo aún hace ritos para comunicarse con el
trueno y el mar, donde todavia puede merodear el mítico Tileme, animal monstruoso
que solo los antiguos vieron.
Los
comunitarios se atrincheraron en lo que ellos llaman La Barricada, la antigua
hacienda del fundador del pueblo, otro militar, hoy experiemnto de granja. Los
comunitarios se tomaron la sede del poder local. Los comunitarios retuvieron una patrulla de
la policía. Los comunitarios se reúnen a
la sombra de los almendros y los mangos.
Los comunitarios y su emisora en zapoteco. Los comunitarios y el apoyo de los muchachos
de otros estados que dicen que más que anarquistas son personas. Los comunitarios de Álvaro Obregón junto a
las otras poblaciones hoy reunidas en la Asamblea de los Pueblos
Indígenas del Istmo de Tehuantepec en Defensa de la Tierra y el Territorio, se
niegan a que un gobierno que no los conoce, que no tiene una conexión sagrada
con sus costumbres y tradiciones decida, sobre su territorio y sus formas de
vivir.
–Nosotros
no solo queremos que no entre Mareña, lo que queremos es vivir
comunitariamente, sin esclavizarnos unos a otros, que haya para todos, dice un
policía comunitario rumbo a la Barra para, en medio de la noche, dejar la
lancha lista con la que alguno pescara el día siguiente.
Dicen
que las cooperativas hoy, y antes todos, trabajaban empleándose unos a otros, el
dueño de la lancha llevaba algunos pescadores y les pagaba una pequeña suma por
su trabajo, ahora a bordo de una camioneta, van 9 hombres comunitarios, ninguno
es empleado de otro, todos trabajaran desde antes de que el sol despuente hasta
que las olas sean muy altas, el botín se
repartirá en partes iguales y cada uno llegará a casa con un costal lleno de
pescado y jaibas.
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El cayuco (balsa) se aleja unos 150 metros de la orilla para extender la red. |
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Extendiendo la red |
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Los pescadores se alinean para halar la red hacia la orilla |
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Los pescadores se alinean para halar la red hacia la orilla |
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En el Cayuco va extendiendose las dos redes de unos 3 mst de ancho por 50 de largo |
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Con una bara de madera se impulsa en cayuco |
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Pescador sostiene la punta de la red |
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pescadores esperan para halar la red |
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pescadores halan la red hacía la orilla |
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pescadores se preparan para repartir el botín del día |
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cada pescador con su costal con pescado y jaiba |
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